Los empleados de Correos representan la imagen de la Compañía en las oficinas. La atención que reciban los clientes es muy importante para su satisfacción. Sin duda, la actitud positiva de los empleados, marcará la diferencia.
Antes que nada, saludar y empatizar con el cliente: El saludo es el primer mensaje que va a recibir el cliente, algo tan breve como un "Hola", "Buenos días", "Buenas tardes".... mirándole a los ojos y acompañado de una sonrisa.. es un buen comienzo.
La cordialidad, siempre: El trato no debe ser distante o indiferente, es importante ser amable y respetuoso.. aunque el cliente esté enfadado o se tenga un mal día.
¡A nadie le gusta esperar!: Hay que valorar el tiempo del cliente.
Orientar adecuadamente al cliente: Escucharlo atentamente e indicarle el producto o servicio más adecuado para su necesidad. Si se tiene alguna duda o se necesita más información sobre los productos o servicios que se ofrecen, recordar que se forma parte de un equipo y solicitar ayuda a la dirección de la oficina.
La discusión no es una opción: Ante una opinión o queja del cliente, no es acertado discutir, sino mantener una postura amable y abierta al diálogo. ¡¡Importante!! Respetar la opinión del cliente, aunque no se comparta, ofrécele soluciones o alternativas.
¡Está ejerciendo, simplemente, su derecho!: Si el cliente solicita un impreso de reclamación de servicio, facilitárselo; si quiere formalizar la queja en la oficina, atenderle. No hay excusas.
En ningún caso son aceptables ciertas actuaciones en el puesto de atención al cliente como...: atender el móvil personal, mantener conversaciones privadas con los compañeros, etc. todo ello mientras el cliente espera.... para ello utilizar otros espacios de la oficina fuera de su vista.
No olvidar despedir al cliente y agradecer su visita. Con una frase corta como.. "Gracias por su vista", "Puedo ayudarle en algo más", "Muchas gracias", "Hasta pronto", "Que tenga un buen día", etc. Se le estará demostrando que es importante para nosotros y se conseguirá que se sienta satisfecho de la atención recibida.
El cliente es lo primero. Siempre hay que priorizar la atención al cliente sobre el resto de tareas de la oficina. Aunque sólo haya un cliente esperando.